Cuenta la leyenda que, a principios de 1984, una estudiante de Arquitectura se quedó hechizada por una clase de Historia 1…
Era sobre arquitectura islámica… Era acerca de la Sabika y de la ciudadela que la corona: la Alhambra.
Fue un flechazo al corazón.
Cuatro décadas después, aquella teórica del arquitecto Mario Sabugo está a punto de materializarse: esa alumna viajará a Granada en el otoño andalusí.